El sentimiento de fracaso me consumía.
"En el 2005 pasé por una situación crítica. A pesar de ser titulado en Ingeniería Civil, estaba desempleado y dependía de la ayuda de familiares para poder sustentar a mi familia.
El sentimiento de fracaso me consumía. Cansada de ver mi angustia, mi madre me llevó a una reunión en la Universal. A partir de ese día empecé a sentir más confianza y fuerza para afrontar los desafíos.
Lo que aprendí, día a día me dio la seguridad de que Dios iba a cambiar mi vida. Después de mucha perseverancia, conquisté una empresa, que ha ido creciendo. Hoy puedo dar lo mejor a mi familia".