Su voz encantadora y sus ojos llenos de confianza tomaron a Acab por sorpresa. No era para que él se apasionara por una persona como ella, eso no hacía parte del proyecto. Jezabel era una poderosa e independiente princesa fenicia que creía fuertemente en Baal; un dios promiscuo de una religión de la época. Acab, por otro lado, era el rey de Israel cuyo pueblo creía en Dios. Pero aún así, él dejó que su corazón prevaleciese contra su fe y se casó con ella.
Después que la princesa se convirtió en reina, las cosas cambiaron en el palacio. De repente, Jezabel era quién mandaba mientras que Acab solamente la apoyaba. Ella trajo sus creencias paganas a Israel e hizo de todo para que tal religión se convirtiese en la religión oficial de Israel. Jezabel jugó sucio, matando muchos profetas de Dios, sustituyéndolos por los profetas de Baal e incentivando al pueblo a cometer idolatría e inmoralidad sexual.
Y por un tiempo, ella hizo todo de tal forma que su popularidad fue en aumento. Ella se nombró profetisa de Baal. ¡Ese es el poder de la mujer!
Cuando una mujer no es de Dios, ella verdaderamente consigue arruinar todo. Ella termina con su matrimonio, trauma a sus hijos por el resto de sus vidas, conduce a los hombres a la muerte, destruye reputaciones. Eso muestra cuán poderosa puede ser una mujer. Es extraño como la mayoría de las mujeres no ve eso. Ellas inducen a sus maridos a hacer lo que es incorrecto, a sus novios a dejar los caminos de Dios, a sus amigas a tener conversaciones que contaminan; y aún así, si usted intenta ayudarlas a ver la confusión en la que se están metiendo, de repente ellas se tornan las víctimas.
Tenga cuidado con las “Jezabeles”. Ellas están en todo lugar, como una plaga en esta sociedad, matando a millares solamente con un hablar manso. Cuando sus víctimas finalmente perciben lo que hicieron, ya es demasiado tarde y ya cayeron en la armadilla de Jezabel.
P.D: Jezabel tuvo una muerte trágica. Ella se involucró con las personas equivocadas, ella se metió con el pueblo de Dios.