Salir de su entorno habitual le obliga a usar los sentidos y descubrir ingenios que antes usted ni siquiera tenía conocimiento de que lo poseía.
Para quien es madre, eso pasa desde los primeros meses de gestación – su propio cuerpo es el primero en requerir una adaptación para el nuevo huésped, que compartirá todo con usted – desde sus nutrientes hasta sus emociones. Y usted es capaz de comer de todo (y dejar de comer también), incluso un pedazo de carne de hígado de vaca, cosa que yo hacía durante mi embarazo, y que jamááássss en la vida comería por deleite propio. Ese es sólo un pequeño ejemplo, de muchos sacrificios que una madre se dispone voluntariamente a hacer a lo largo de su vida.
¿Pero será que todo ese desgaste físico y emocional resume todo lo que usted es como madre? Si sólo esto bastara para que el resultado de todo ese recorrido ininterrumpido de su labor maternal fuera el de un hijo exitoso y listo para el mercado de trabajo, excelente ciudadano y prometedor padre de familia…¡¡ojalá!
Ser madre exige mucho más que una abnegación, usted traba diferentes batallas hasta poder decir – vencí. Y para usted que pretende ser madre, o está en camino de eso, los nueve meses son simplemente el periodo de formación de vínculos, algo que te da todos los requisitos necesarios para estar unida a aquel ser humano, aunque muchas veces a distancia.
Salir constantemente de mi entorno habitual me hizo desarrollar un cierto sentido aguzado de observación, y lo que he encontrado, que se está extendiendo en silencio, no me gusta. No es el simple caso de comer un filete de hígado, el problema es mucho más desagradable, y parece un nuevo síndrome que incluso puede estar afectándole, y usted ni siquiera se dio cuenta
La falta de Amor, ¿será que usted también ve lo que yo veo?
La próxima semana explicaré lo que está por detrás de eso, y el antídoto que usted puede usar para estabilizar su familia.