La Biblia nos cuenta hechos increíbles como: que un día los discípulos se encontraban en medio de una tormenta en el mar y Jesús mandó a pararla.
“…Entonces se levantó y reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó completamente tranquilo.” Mateo 8:26
También, en la entrada de una ciudad se encontraba un grupo de personas velando el cuerpo de un hombre, Jesús paró el funeral e hizo que todos los presentes lo vieran resucitar.
“Entonces se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron, y Jesús dijo: —Joven, ¡te ordeno que te levantes! El muerto se incorporó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.” Lucas 7:14-15
Pero, uno de los casos más impresionantes que la propia Biblia nos relata sería el de un hombre llamado Lázaro que no sólo había muerto, sino también llevaba algunos días enterrado, cuando Jesús se enteró, fue hacia el sepulcro y lo revivió.
“…Jesús se acercó al sepulcro. Era una cueva cuya entrada estaba tapada con una piedra… gritó con todas sus fuerzas: —¡Lázaro, sal fuera! El muerto salió, con vendas en las manos y en los pies, y el rostro cubierto con un sudario. —Quitadle las vendas y dejad que se vaya —les dijo Jesús.” Juan 11:38-44
Estas cosas maravillosas que pasaron en el pasado y están registradas en la Biblia, no sólo para sorprendernos, sino para que nos sean de prueba del Poder que posee Dios.
Si es capaz de revivir muertos, detener tormentas y alimentar a una multitud de miles con tan sólo 2 peces y cinco panes, no tendrá el suficiente poder para reconstruir su matrimonio, curarla/o de esa enfermedad crónica o terminal, sacarla/o de la miseria, etc., y darle la vida que usted tanto ha deseado.