Las primicias son los primeros frutos y lo primero de todo en la vida, colocados en el altar como reconocimiento de la soberanía del Señor Jesús en nuestra vida.
La alianza en el dedo de una persona simboliza un compromiso asumido con alguien. De la misma forma, los diezmos simbolizan un compromiso con Dios y tipican a Jesús, Mediador de la Nueva Alianza entre el Creador y la criatura. (Hebreos 9: 15; 12:24)
El diezmista se torna el propio diezmo de la misma forma como Jesús fue el Diezmo de Dios para la humanidad. (Jeremías 2: 3) Los diezmos y las ofrendas fueron la condición impuesta para que los hijos de Jacob regresen a Dios. (Malaquías 3: 7-9)
Los diezmos establecen una sociedad con el Señor de los Ejércitos. Además, el diezmista se prueba a sí mismo, al mundo y al autor de la maldición que su Fe en el Dios Vivo no es una farsa. No hay otra forma, quien quiere el Sello de Dios, la Garantía del Espíritu, la Paz, la Alegría, el Amor y la Vida tiene que aliarse con el Altísimo, pues las primicias son el principio de la relación con Dios.
Cuando coloqué a Dios en primer lugar, Él suplió todas mis necesidades.
Estaba endeudada. A pesar de tener mi título universitario estuve diez años desempleada. Al llegar a la Iglesia Universal aprendí a obedecer la Palabra de Dios, pasé a colocarlo en primer lugar y decidí honrarlo con mis primicias, luego de esto las puertas de trabajo se abrieron, uno mejor que otro. Pagué las deudas, mis hijos se prepararon en otro país.
Hoy en día a pesar de la crisis económica en el mundo, Dios ha sido el conmigo como yo lo he sido con Él, tengo una vida próspera, pero sobre todo tengo paz, fuerzas y alegría.
•• Sra. Carmen Bennett