Tenía sangrados y quistes en los ovarios. Aunque los especialistas y los estudios señalaban que no tenía anemia, me sentía muy débil al punto de no poder ponerme de pie. Me decían que el sangrado nunca pararía, la solución era que me hicieran una cirugía; pero, debido a que mi negocio estaba caído y mi exmarido me retiró el seguro médico, no tenía modo de pagarla. Además, si dejaba que el tiempo pasara, los miomas iban a crecer.
En su momento me sentí desesperada y sin saber que hacer. La Iglesia Universal fue el lugar en donde escuché que puedo contar con la mano de Dios para ayudarme, así que no desistí de ir a las reuniones. En ellas tuve oportunidad de tocar el manto consagrado con fe; cada vez que lo hacía Le pedía mucho que me sanara, pues no quería seguir así.
Realmente Él me escuchó, ya que dejé de sangrar. Al realizarme los estudios, se confirmó que no tenía nada, por lo que no hubo necesidad de que me intervinieran. Hasta una especialista me preguntó qué había hecho, pues los quistes habían desaparecido.
Dios tiene el poder para hacer grandes milagros, pero necesitas colocar tu fe en Él. Sin Su presencia no podremos vencer los problemas que vengan.» -Amalia Espinoza
Reunión de Sanidad
Si esta es su situación o la de algún ser querido, le invitamos a participar en la Reunión de Sanidad. El encuentro tiene como objetivo enseñar a las personas a usar su fe para cambiar su situación de salud. Te esperamos todos los martes en la Iglesia Universal más cercana o Av. de las Americas #305 al Norte de Guayaquil en el Templo de los Milagros.