El sedentarismo es un problema que afecta a más de la mitad de la población; pero además de todas las consecuencias que se pueden generar a nivel físico, también afecta mental y emocionalmente.
Cerebro atrofiado
Una investigación publicada en el Journal of Alzheimer´s Disease, menciona que el sedentarismo se relaciona directamente con el deterioro de las fibras nerviosas cerebrales, lo que puede generar declive cognitivo y pérdida de memoria, dos síntomas característicos de la demencia.
«Esta investigación apoya la hipótesis que mejorar la condición física de las personas, por ende, repercute de manera positiva en la salud del cerebro y reduce el proceso de envejecimiento», dijo el Dr. Kan Ding, neurológico y coautor del estudio
Emociones tóxicas
Por otro lado, la OMS menciona que, las personas sedentarias son más propensas a padecer estrés y angustiarse con mayor facilidad. Además, presentan desmotivación que se traduce en poca capacidad para lograr metas concretas; por lo tanto, esto puede desembocar en frustración, pues al no tener movimiento físico, los pensamientos negativos se acumulan intoxicando las emociones, dando paso a la apatía y la pérdida del gusto por la vida.
Entonces, ¿cómo evitar el sedentarismo? Para ello, la Secretaría de Salud recomienda llevar una dieta equilibrada, practicar ejercicio físico: por lo menos salir a caminar media hora, subir escaleras o practicar algún deporte.
Factores que indican que tu vida es sedentaria:
- No realizas ni un poco de ejercicio físico.
- Padeces sobrepeso u obesidad.
- Te pasas la mayor parte del día sentado o acostado.
- Aunque sea un primer piso, prefieres el ascensor o escaleras mecánicas.
- Utilizas el coche para todo, aunque
- el desplazamiento puedas hacerlo caminando.
- Sientes pereza cada vez que tienes que hacer algo.
- Estado emocional bajo. Te sientes alicaído la mayor parte del tiempo.