Entre toda la creación, la especie humana es la única dotada de ciertas características y capacidades especiales que no se encuentran en ningún otro ser vivo.
Somos dotados de autoconsciencia, raciocinio y sabiduría. Y, entre tantas habilidades y aptitudes, son justamente estas tres –que no quedan expuestas– las que nos definen como “personas”.
Lo que determina quién es usted –y que la hace diferente de los demás mamíferos de la faz de la tierra– sucede justamente dentro de su mente, en su pensamiento. Y es ahí que el “bicho agarra”.
El auto concepto es más complejo de lo que imaginamos –lo que usted piensa de sí misma– puede ir más allá de lo que conviene. Usted descubre que se destaca en algo, que es muy buena en lo que hace, o crea un método para realizar alguna tarea, se diferencia y comienza a pensar que tiene el derecho de exigir que todos hagan, sean y se comporten igual que usted.
Ese pensamiento, sin moderación, termina liberando una sustancia pegajosa que persigue a todos los que piensan y actúan diferente del concepto “forma correcta” que creó –(el transformol). Ahí, usted mira a la persona, la analiza, clasifica y aplica la inyección– una o varias dosis más grandes…Una u otra cosa: o funciona y queda a su imagen y semejanza o tira eso a la basura y busca a otra víctima.
Es tan complejo este tipo de pensamiento que ni nos damos cuenta que es justamente la diversidad la que nos hace tan especiales. Ejemplos simples: todos somos capaces de colocar el cordón en un par de zapatillas, pero no todos lo vamos a hacer de la misma manera ni vamos a gastar la misma cantidad de minutos.
Cuando comprendemos eso, aprendemos que el ser humano no es descartable, que los miembros de nuestra familia no tienen una pieza de reposición y que en nuestras relaciones la dosis diaria de respeto es fundamental.
Y no sirve de nada pasar toda la vida llamando por la santa paciencia. Ella es un fruto, y como usted ya sabe, si quiere probar de los beneficios de ella tiene que plantar primero. Lo mejor que puede hacer es usar el Transformol para sí misma.