- Entienda que la dependencia química es un espíritu que domina la mente de la persona que está en los vicios, por lo cual la batalla es estrictamente espiritual y usted como familiar, debe luchar con fuerza para ayudarlo a vencer ese espíritu.
- No se deje influenciar con frases como: “yo no voy a dejar de consumir”, “yo no quiero ayuda”, ellas son persuadidas por el espíritu del vicio, para desanimarla, espere el momento exacto para convencerlo a ir al tratamiento. Una clave es ayudarlo a darse cuenta de lo que ha perdido.
- El tratamiento para la cura de los vicios es el único lugar en que usted y su familiar pueden buscar la cura, sin que el dependiente esté presente, por eso no espere que él pida ayuda, tome usted la iniciativa de luchar por él.
- Trátelo con mucha comprensión y amor, de lo contrario puede apartarlo de la familia, lo que dificulta su aproximación para el tratamiento.
- Último paso: Nunca más se conforme con la idea de que el vicio no tiene cura, eso no es verdad, el tratamiento para la cura de los vicios, ha probado que millares de personas han encontrado la cura, lo que usted necesita hacer es: venir al tratamiento, creer, perseverar y por medio de su fe tendrá a su familiar transformado.
“Las drogas me alejaron de mi familia…”
Consumía alcohol, cigarrillo, marihuana y otras drogas más fuertes. Por causa de los vicios perdí estudios, trabajo y familia. Además, llegué a robar los utensilios de mi propia casa para venderlos y sustentar mi vicio. Participando del Proyecto “Los Vicios Tienen Cura”, hoy estoy curado y recuperé lo que había perdido.
“Tuve dos sobredosis e intenté el suicidio”
Empecé a fumar marihuana, luego comencé a probar crack y cocaína. Tenía una barbería, la que pasaba más cerrada que abierta. Pasé a robar el dinero de mi esposa e hija para sustentar mi vicio, tuve dos sobredosis e intenté suicidarme. Cuando empecé a participar del Proyecto “Los vicios Tienen Cura” comencé a luchar y así vencí esa dependencia. Hoy, gracias a Dios estoy curado.