Cuando usted proyecta basado en la fe, las conquistas no son algo lejano. Pero es necesario correr riesgos, para todo en la vida corremos riesgo. Esta regla es especial para aquellos, que tienen la dirección de Dios y viven por lo que los ojos de la fe ven.
En primer lugar, hay que diferenciar los dos tipos de riesgo que usted puede correr: uno es el riesgo emocional y el otro el racional. Arriesgarse para alcanzar un objetivo, basado en el corazón, garantiza estrellarse en el futuro, porque quien se deja guiar por su corazón no calcula, no planifica, arriesga y espera que la suerte esté a su favor. Por el contrario, arriesgarse motivado por la razón, es una garantía del éxito, porque lo importante es la motivación interior, que lo lleva a tomar determinada decisión. Lo que mantiene su fuerza y confianza es la fe en el Dios Todopoderoso. Así la certeza racional del resultado esperado, es algo que la emoción no puede hacer.
El secreto es arriesgarse, motivado por la razón para vivir la fe extrema, aquellos que superaron sus limitaciones han podido conquistar maravillas. Por esa razón, abrir un negocio o alcanzar la independencia económica, son una realidad material para quien decide poner en práctica, las orientaciones del Progreso Económico.