Mi niñez fue muy dura, junto a mi familia no teníamos un lugar estable donde vivir.
Cuando cumplí la mayoría de edad, empecé a involucrarme en la vida criminal y en los vicios como: heroína, marihuana, alcohol, mezcla de pastillas, cigarrillos, entre otras drogas; me torné en un pandillero y abandoné los estudios.
Mi vida iba en picada, ya que con el paso del tiempo caí en depresión, tenía pensamientos de suicidio, incluso lo intenté en 3 ocasiones. Mi vida estaba fuera de control.
Por causa de esa clase de vida que estaba llevando, terminé comiendo de los desperdicios que encontraba en la basura y viviendo en la calle.
Todo mi sufrimiento terminó cuando conocí la Iglesia Universal. Aquí fue donde aprendí a usar mi fe y a confiar en Dios para poder lograr ver lo imposible en mi vida. Hoy estoy curado de los vicios, vencí los pensamientos de suicidio y me liberé de todos los tormentos que no me dejaban ser feliz. Perseverando en la fe fue cómo escuché hablar del Espíritu Santo y así fue cómo mi vida y mi forma de pensar se transformó.
•• Sr. Israel Nieto