Ser confiable requiere mucho más de lo que te imaginas. Si el empeño no es constante o si no existe suficiente diligencia, no hay manera de lograr la confianza del cónyuge, de los hijos, del jefe, del empleado, del amigo e incluso del propio Dios.
La profecía es una señal, no para los infieles, sino para los fieles.
1 Corintios 14:22