“Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba…”, (1 Corintios 12:24)
El apóstol Pablo da el ejemplo de cómo los órganos que parecen de menor importancia son valorados por Dios. Así también las personas rechazadas por este mundo son importantes, si son humildes de espíritu.