Mi vida sentimental era un fracaso, ya que la persona que había conocido por más de 4 años no quería un compromiso serio conmigo. Sin saber qué hacer y cansada de sufrir en esta área de mi vida, recibí una invitación a la Iglesia Universal. Perseverando en la fe logré vencer todos los problemas espirituales y la mala suerte que tenía en el amor.
El tiempo pasó y conocí a Luis, lo invité a participar en la iglesia, ya que él estaba pasando por una situación muy difícil en su vida.
Hoy ambos estamos transformados porque hemos encontrado la Presencia de Dios, lo cual nos ha unido y bendecido en el amor, y nos hemos casado.