La FJU (Fuerza Joven Universal), trabaja en Ecuador y en todo el mundo para llegar a miles de jóvenes y apoyarlos en el difícil proceso de la madurez. Las diferentes actividades que se realizan son para ayudarlos a desarrollar sus talentos, también se los impulsa para que trabajen en sus habilidades y así prepararlos para la vida de adulto. Por eso la FJU, cuenta con distintos Proyectos en la que los jóvenes pueden integrarse y encontrar la manera de superar complejos, adicciones y tener la oportunidad de sentirse valiosos como personas. En días anteriores en cada Iglesia Universal del país se realizó la Expo-Joven en la que se presentaron los proyectos de la FJU. Cada uno en diferentes stands, con la finalidad de dar a conocer a los presentes de qué se trata cada proyecto. También se los invitó a participar de las distintas actividades y de nuestro Encuentro Joven.
CRECÍ VIVIENDO LA SEPARACIÓN, EL ODIO Y LA DECEPCIÓN
Al atravesar la separación de mis padres mi vida desde pequeña se volvió difícil, crecí odiando a mi papá. Tenía amistades que me llevaban a la «felicidad», yo les contaba toda mi vida y ellos siempre me respondían ‘sigue a tu corazón’.
A raíz de eso tuve relaciones en las que sufrí, amistades que me decepcionaron; hubo una etapa en la que entrenaba fútbol y compartía sólo con mujeres y aun teniendo una relación sentimental, empecé a sentir dudas de mi sexualidad, ya que compartía con chicas que eran de otro tipo de orientación sexual y ellas me decían que no debía creer en los hombres porque sólo nos hacen sufrir.
No fue algo profundo, pero noté que sentía algo que no era normal. Además, odiaba a mi hermana y cada vez que dormía, despertaba porque tenía muchas pesadillas; soñaba que las personas de mi círculo familiar morían y las veía claramente en un ataúd, eso me traía mucho miedo.
Cuando recibí la invitación de la FJU, decidí participar y empecé a notar los cambios, ya no tenía más pesadillas, me alejé completamente de todo lo que no me edificaba, empecé amando a Dios, amándome a mí misma y a las personas que odiaba.
Ahora mi vida es completamente diferente, fue un cambio de 180° en mi vida, recibí todo lo que necesitaba, el Espíritu Santo y sé que con la ayuda de Dios no volveré nunca más a donde fui rechazada e infeliz.
·· Srta. Briggitte Sornoza