A las 12 de la mañana, voluntarios de la Obra Social junto al pastor Joao Borges, responsable por el trabajo Social que se realiza en Ecuador, salieron de la Sede Nacional, ubicada en la Av. de las Américas 305 – Al Norte de Guayaquil, para realizar una labor especial para aquellas personas que durante un periodo largo de su vida viven y tratan de sobrevivir en las calles, sin tener una casa o techo que les resguarde del frío y a pesar de las condiciones precarias en las que viven. Sin preocuparse por la apariencia física en la cual se encontraban. Los voluntarios iban de calle en calle en búsqueda de mendigo e indigentes que muchos de ellos tenían algo en común como son la adición a algunas sustancias. Poco a poco los voluntarios se iban ganando la confianza de aquellos que para muchos no son considerados como personas dignas de ser ayudadas.
Decenas de mendigos e indigentes fueron llevados al parqueadero de la Sedes Nacional de la Iglesia Universal, para prepararse para una reunión que dejaría en sus vidas un antes y un después.
Fueron colocadas carpas improvisadas y accesorios de limpieza para nuestros invitados especiales tomaran un baño y después del mismo la Obra Social de la Universal les obsequió ropa.
Luego el responsable por la labor se dirigió a ellos para darles un mensaje de fe y mostrarles que su vida podía cambiar a partir del momento en que ellos se dispusieran a luchar por la transformación de sus propias vidas.
“El objetivo de traerlos aquí es para mostrarles a cada uno de usted que la situación por la cual está pasando puede cambiar. Porque los vicios tienen cura, sólo depende de usted”, señaló el pastor Joao encargado de la Obra Social. Después participaron de un café de la tarde que habían sido preparados por los voluntarios de la Obra Social.
A continuación, se les invitó a participar de la reunión en la Iglesia para que delante de Dios desahoguen todas sus angustias y pudieran tener una experiencia que nunca antes tuvieron.