Jesús dijo: “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. Juan 10:10.
Cuando una persona tiene una fe sentimental, ella toma actitudes rápidas, porque todo tiene que ser de manera inmediata. Hace una oración y quiere que Dios responda inmediatamente, si eso no sucede, la persona empieza a dudar en relación a lo que Dios prometió. Lee el versículo anterior y piensa que Dios, por arte de magia, va a hacer aparecer: carros, casas, propiedades y dinero.
Por otro lado, la fe inteligente y racional piensa y evalúa antes de tomar una actitud. Cuando la persona usa esa fe, que viene por el oír la Palabra de Dios, entonces ella establece su vida, su futuro y su eternidad sobre los fundamentos de esa Palabra. Ese es el tipo de fe que lleva a la verdadera vida abundante. Entonces, si usted ha sustentado su vida en la fe inteligente, ya tiene la riqueza de la vida abundante que el Señor Jesús prometió. Antes de ser rico por fuera, Dios da esa riqueza por dentro.
Es como aconteció con Abraham. ¿Por qué él se enriqueció? Porque estaba en Alianza con Dios y era enriquecido por Él. El problema es que muchos están engañados con la fe de corazón. El diablo trabaja con los sentimientos y no le gusta que la persona escuche la Voz de Dios y la coloque en práctica porque, cuando oye la Voz de Dios, viene la Fe del Espíritu Santo y la persona se vuelve rica inmediatamente.
Cuando tiene el Espíritu Santo, la persona es dirigida por Dios para una vida con abundancia que Él prometió. Basta mantenerse en la Fe Inteligente y racional para tomar cada decisión de forma consciente.