»Porque desde el principio del mundo no se ha escuchado, ni oído ha percibido, ni ojo ha visto a Dios fuera de ti, que hiciese por el que en Él espera.» Isaías 64:4
Dios trabaja para aquel que confía en Él y espera por Su justicia, pues sabe que cuenta con ella.
Existen personas que piensan que Dios está sentado en Su Trono de Gloria apenas mirando a los que sufren como a los que no, sin embargo, no es eso lo que las escrituras afirman, incluso el propio Señor Jesús en Juan 5:17 dijo: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.”
Por ejemplo: de los diez leprosos que tuvieron fe para ser curados, sólo uno volvió para agradecer al Señor Jesús y sólo este fue salvo, o sea, apenas uno obtuvo el milagro por la fe, pero también decidió mantenerlo viviendo por la fe, en cuanto los demás sólo tuvieron fe para ser curados.
Cuando la persona tiene fe para conquistar una determinada bendición, pero no tiene fe para vivir por la fe y de fe en fe, entonces tampoco tendrá fe para mantener su propia fe, debido a eso muchos viven con una fe religiosa, que apenas quieren tomar posesión de las promesas, pero no quieren servir a Dios, es decir, ignoran que quien Lo sirve, tendrá fe para esperar y confiar en Él, independientemente de las circunstancias. La persona que confía en Dios tiene gran valor delante de Sus ojos, por eso Él trabaja para ella.
Si por la fe se conquista la salvación, por la confianza se la mantiene.
Cuando la persona posee una fe inteligente, racional y sobrenatural, ella confía en Dios, puede ser que esté siendo azotada por una fuerte tormenta, sin embargo, ella confía porque Dios está en su barco.
»Cuando la persona tiene fe para conquistar una determinada bendición, pero no tiene fe para vivir por la fe y de fe en fe, entonces tampoco tendrá fe para mantener su propia fe.»