¿Usted se acuerda de la última vez que oyó una palabra que le liberó literalmente?
Usted estaba débil, triste, y a punto de tomar una decisión equivocada, cuando de repente, esta palabra te ayudó a ver la situación real y así ver una luz al final del túnel… ¿se acuerda?
Aquella palabra nada más y nada menos que era la Palabra de Dios. Cuando Él habla, la puertas se abren, nuestros ojos ven con claridad, nuestros oídos entienden, vidas se transforman, rumbos cambian.
La Palabra, cuando viene de Dios, es tan fuerte, que ni necesita explicarse mucho, de hecho, una sola palabra basta. El Señor Jesús llegó a decir:
“Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.»” (Mateo 4.4)
Durante muchos años, la Palabra de Dios estaba escondida de los pueblos, y las personas dependían de otros para saber lo que Dios quería decirles. Incluso en los días de hoy, hay países que no permiten la su predicación, ya que la Bíblia abre las mentes de tal forma que aquellos que la entienden, dejan de ser dependientes de la religión o del gobierno y se hacen dependientes solamente de Dios.
Por lo tanto esa será su Tarea como Ofrenda 3.
Usted va a escoger una hora todos los días de esta semana para oír la Voz de Dios a través de Su Palabra.
Primero usted va a ORAR y pedirle que hable aquello que usted necesita oír y después usted va a comenzar a MEDITAR en la Bíblia, eso quiere decir que usted no va a leer como si fuera un libro cualquiera o simplemente abrir su móvil y leer el versículo que la aplicación le dio aquel día – usted puede escoger comenzar a leer un libro de los Evangelios. Por ejemplo, mis amigas como hermanas del Templo y yo, estamos meditando en el libro de Juan. Comenzamos a mediados del año pasado y todavía estamos en el capítulo 8. És tan rico en mensajes y con tanto que aprender, que a veces nos quedamos en un sólo versículo durante días.
Si usted vive cerca de su amiga como hermana, ¿qué tal comenzar a hacer lo mismo con ella? Elija uno o dos días a la semana para meditar juntas, pero no deje de meditar todos los días usted sola, meditar en la Palabra de Dios tiene que convertirse en su hábito diario así como lavarse los dientes y bañarse.
También pueden conectarse y hacerlo online, en el caso de vivir lejos la una de la otra. Lo que importa es que estén dando a Dios aquellos minutos de la semana para oír su Voz y por supuesto, que la oirán.
Deje en la parte de abajo de los comentarios, lo que Dios le habló directamente, no lo que usted leyó y creyó interesante, sino lo que Él le reveló. Cuando Dios revela, Él habla lo que necesitamos oír, o sea, es para nosotras y no para los demás…
¡Próxima tarea como ofrenda será publicada el jueves!
En la fe y en el Escondrijo del Altísimo.