“Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo” (Santiago 3:2).
El versículo anterior muestra que los malos pensamientos llegan para todas las personas. Mientras estemos en este mundo, tendremos que luchar en contra de las dudas, tentaciones, entre otros males.
“¿Cuántas veces decimos lo que no debimos haber dicho? Criticamos, chismeamos, decimos cosas negativas, tratamos mal a quien deberíamos tratar bien. Cuántas veces no hacemos lo que deberíamos hacer. Es decir, todos tropezamos con muchas cosas. Todos fallamos. No piense que está solo cuando mira su comportamiento y se siente una persona imperfecta. No, usted solo es un ser humano”, orientó el obispo Renato Cardoso.
¿Cómo luchar en contra de los malos pensamientos?
A pesar de todo, no siempre logramos alcanzar las metas que nos propusimos. Y eso es natural para todos.
“Sin embargo, el resto del versículo nos da una solución inesperada. Porque dice que si alguien no ofende en palabra, es perfecto. Obviamente, nadie es perfecto. Pero, si usted cuida sus palabras y no tropieza en ellas, estará más cerca de la perfección. Pues, nuestras palabras tienen un poder mucho más grande de lo que imaginamos”, señaló el obispo.
Cuidado con la voz interna
Debido a eso, muchas personas crean barreras en sí mismas con pensamientos pesimistas. Generalmente, esa voz interna reduce a la persona, la acusa de sus errores y hace que pierda la fuerza para luchar.
“Entonces, el gran responsable del fracaso de muchas personas está en esa voz. La palabra no necesita ser proferida para convertirse en un tropiezo. La palabra puede ser dicha en su mente. Cuando usted piensa equivocadamente, entonces, se siente mal, actúa mal”, agregó.
Filtre los pensamientos
Para que su vida se desarrolle, es necesario que vigilar, sobre todo, nuestros pensamientos y lo que hablamos.
“Cuando usted dice una palabra que lo derriba, ¿quién le levantará? Si usted acepta la voz de la duda, ¿cómo tendrá fe para lograr lo que planea?”, preguntó el obispo Renato.
Por lo tanto, haga continuamente un filtro sobre los tipos de pensamientos que pasan por su mente. Y desvíese de los que son malos. Usted no puede evitar el obstáculo, pero puede desviarse de él.