¿Sabía usted que la oración nos permite acercarnos a Dios y solidifica nuestra comunicación con Él? Ella es, en realidad, un eslabón entre el hombre y el Creador, y cuando abrimos nuestro corazón a Él, por medio de la oración sincera, ciertamente somos oídos.
Pero ¿es que hay una manera correcta o consejos de cómo buscar a Dios?
En verdad, lo que el Señor espera de nosotros es que siempre seamos sinceros cuando hablamos con Él, y eso puede ser en cualquier momento, en cualquier lugar.
La oración no es sólo un momento de peticiones a Dios, sino una charla verdadera, repleta de reconocimientos, agradecimientos, alabanza, de pedidos también, claro, y hasta de revueltas (¿por qué no?), Pero tiene que ser siempre leal porque es lo que agrada a Dios.
Para el Obispo Edir Macedo, la oración de fe implica pureza de espíritu y humildad: «Requiere sincera expresión de lo que hay escondido en lo más profundo del alma. Transparencia total. Exige fe. Absoluta certeza. La certeza de ser escuchada, la certeza de lo que se quiere, pues la Biblia dice: ‘… porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.‘ (Hebreos 11.6).
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