“Hijo mío, si los pecadores te quieren seducir, no consientas.” Proverbios 1.10
El mundo procura seducir a los hijos de Dios con elogios, diciendo que ellos son buenos en ciertas cosas, tienen aptitudes, talentos, y que necesitan desarrollarlos. Pero el objetivo de ellos es alejarlos de la fe. Cabe a los hijos de la Luz vigilar y que vean lo que conviene hacer, para no disgustar a su Señor.