A los 6 años de edad fui abusado sexualmente por una persona de mi propia familia. A causa de ese sufrimiento, en mi adolescencia comencé a relacionarme con hombres y a buscar a los espíritus. Durante dos años me preparé especialmente para recibir a una entidad maligna. Inmediatamente después de ese período, comencé los rituales de rapado de cabeza, y así continué durante tres años más.
En esta etapa de mi vida, también contraje enfermedades de las cuales la medicina no pudo descubrir la causa. Pero, surgió una enfermedad llamada tuberculosis ganglionar, que me devastó. En esa misma época perdí a mi novio, con quien ya me venía relacionando hacía dos años, en un trágico asesinato ocurrido dentro de su auto. Él y la hermana volvían de un show promovido por una casa nocturna.
Varias fueron las tragedias presenciadas por mí en esa trayectoria de dolor, pero, aun así, continuaba siendo dominado por el mal. La verdad es que dentro mío había un vacío tan grande que intentaba llenarlo con bailes diarios, bebidas, drogas, entre otras cosas. Llegué incluso a pasar por situaciones en las que fui amenazado de muerte por ser homosexual y también por ser el presidente de la Parada LGBT de Caixas, en Rio de Janeiro. Por ese motivo, comencé a andar armado por las calles, a causa del miedo que sentía.
Preso a esa vida, pero queriendo realmente una transformación, en el 2011 fui a la Universal. Aun distante de Dios y sin ser frecuentador de la iglesia, oía el mensaje del obispo Macedo por la radio. Un día, cuando terminó esa programación, comenzó un programa en el cual el pastor dijo que mi vida iba a cambiar y nos hizo una invitación para que estemos a las 15hs en la Universal de Del Castilho.
Fui, y allá conocí a personas que creyeron en mí y que me ayudaron. Comencé a frecuentar diariamente las reuniones y entonces fui notando el cambio.
Hoy, a los 28 años, tengo una vida totalmente transformada. Me liberé de los espíritus malignos, de la homosexualidad, de los vicios, de la prostitución, de las enfermedades, de la tristeza y de todo lo que me hacía sufrir.
Roger
Vea cómo soy ahora…