Mi nombre es Alex y tengo 28 años, comencé a consumir drogas hace 12 años a causa de los problemas en mi familia.
Sufría una fuerte depresión, tristeza, desánimo. Los psicólogos y mi familia intentaron ayudarme, pero no lo lograron. Fue cuando probé la marihuana. Cuando la consumía sentía un alivio dentro de mí, pero cuando pasaba el efecto, me sentía peor. Y entonces necesitaba consumir nuevamente. Cuando me di cuenta, ya era totalmente adicto. Usé muchos tipos de drogas, como: marihuana, cocaína, heroína, crack, droga sintética.
Yo lo tenía todo: familia, sueños, estudios, pero lo perdí por el vicio. Perdí la confianza de mi familia, dejé de estudiar y me fui de mi casa debido a los muchos problemas que ocasionaba.
Todo comenzó cuando tenía 16 años, comencé a robar para mantener el vicio y mi único objetivo diario era conseguir dinero para consumir. A los 19 años caí preso, pero al salir de allí continué adicto, y aún peor.
Tuve un hijo con mi novia, que también era adicta, y nuestras vidas empeoraron. Aparecieron en mí enfermedades, diabetes, insomnio, miedo, problemas en mi estómago. Con la llegada de mi hijo, mi novia y yo pensamos en dejar las drogas para tener una vida normal, pero no lo logramos. Intenté dejar el vicio de muchas maneras. Disminuí las dosis, fui a clínicas de rehabilitación, y nada funcionó.
La primera vez que oí hablar de la Universal, no creí que pudieran ayudarme. Pero mi amigo, miembro de la Iglesia, nunca desistió de mí y siempre me llamaba para que fuera con él. Hace dos meses yo no aguantaba más mi vida, y fue entonces cuando recibí en mi casa la visita de dos pastores que oraron por mí. Desde ese día, no consumí más drogas. Llegué a la Iglesia pesando 60 kg y hoy estoy pesando 71kg.
Estoy libre de las drogas y sintiéndome bien, sin más ganas de consumir, luchando por mi nueva vida y en la fe que me salvó. Ahora siempre participo de las reuniones de la Iglesia y de la Fuerza Joven en Israel, estoy aprendiendo a mantener mi fe y confirmando que existe solo un camino para salir de los vicios: la fe inteligente en el Dios Vivo.