Fui sometida a tres operaciones en la columna vertebral, me colocaron una prótesis, pero me volvieron a operar para ponerme una placa con tornillos porque el resultado no fue el esperado. Al año, pasaba 8 meses en el hospital y cuatro en casa con mis tres hijos pequeños. Me deprimí mucho, porque me dijeron que dependería de una silla de ruedas para toda mi vida.
Cuando oí hablar de los milagros en la Iglesia Universal vi mi última oportunidad para cambiar de vida.
Hoy a través de mi perseverancia en las reuniones y la Gota del Milagro fui curada porque aprendí a usar mi fe, ella me trajo el milagro.