Para tener acceso a una nueva vida es necesario una entrega verdadera. La Biblia enseña que: “La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte.” 2 Corintios 7:10.
Existen dos tipo de tristeza, la que es según Dios, que produce arrepentimiento para la salvación y existe aquella tristeza del mundo que nos trae muerte.
La tristeza que viene de Dios se produce por algo que hicimos mal y que defraudó a Dios, está tristeza es buena porque nos lleva al arrepentimiento sincero para no volver a cometer el mismo error, la cual nos conduce a la salvación, pasando así a vivir una vida que agrada a Dios.
Sin embargo, la tristeza según el mundo, muchos la tienen, es aquella que viene por los fracasos en las diferentes áreas de su vida, en el matrimonio, en la familia, económica, sentimental, etc.
Muchos en los días de hoy llevan dentro de sí aquella tristeza de nunca poder haber sido felices, y tras leer este mensaje, de repente se pregunté ¿cuándo acabará este dolor y sufrimiento? El día en que entregué su vida, no importa cómo este, en las manos de Dios, ese día se colocará un fin a todos los males que le han afectado negativamente, dando paso a la alegría que produce la salvación.
Medite en todo lo que usted ha hecho a lo largo de su vida, y si de alguna manera percibe que alguna acción suya entristeció a Dios, pídale perdón y Él le saciará de paz.