Hay dos maneras de hacer que las personas hagan lo que usted quiere que ellas hagan. Haga que le tengan miedo o que tengan fe en usted.
Sea en el matrimonio, en la empresa, en el deporte, en la iglesia, en la política – en cualquier lugar donde se desea la cooperación de alguien, normalmente una de esas dos culturas prevalece. O las personas cumplen sus deberes por miedo al superior o porque creen en él.
• El marido borra el historial de su celular o navegador de internet para que la mujer no vea sus actividades inapropiadas
• El empleado produce más (o finge que está produciendo más) cuando el patrón está cerca
• El atleta se esfuerza en el entrenamiento para que no le llame la atención el entrenador
• El voluntario en la iglesia hace su trabajo no tan voluntariamente como obligatoriamente porque ay de él si no
• El político demoniza al candidato de la oposición al punto que el elector prefiera votar al diablo pero no a él
El líder que lidera por el miedo no tiene seguidores. Tiene sobrevivientes que resistentemente siguen sus órdenes, hasta que se indignen o encuentren a un líder más digno.
El líder que lidera inspirándo a las personas con su visión, propósito y ejemplo, tiene las vidas de sus seguidores en sus manos.
El seguidor o sobreviviente que hace las cosas por miedo debería reevaluar sus motivaciones. Sí, quizás haya sido condicionado por la cultura del miedo a actuar así, pero no quiere decir que no tenga elección. El marido puede dejar de tenerle miedo a la reacción de la esposa y pasar a tener fe en su matrimonio, por ejemplo. Si yo creo que mi matrimonio es más valioso que una charla desvergonzada, entonces mi comportamiento cambiará no por miedo sino por inteligencia. Y yo puedo decidir eso.
Lo mismo se aplica en cualquier situación.
La verdad es que quien hace las cosas por miedo es un débil. Incluso el líder que impone el régimen del miedo es esclavo del propio miedo de perder su posición. Es inseguro de sí mismo.
Mejor que la cultura del miedo es la cultura de la fe. La fe en sí mismo, la fe en los méritos de una misión u objetivo, la fe en el lado bueno de las personas, la fe de que Dios recompensa a quien Le es fiel.
Pruebe cambiar de cultura. Claro, la cultura de la fe es solo para los fuertes.