La Palabra de Dios es revelada por el Espíritu de Dios, y la Palabra es el propio Señor Jesús, que es el Verbo; por eso cuando usted recibe la Palabra, recibe al propio Dios y cuando se somete a la Palabra se está sometiendo al Señor Jesús.
Pero algo muy importante de entender, es la diferencia entre conocer la Palabra y practicarla, (vivirla y obedecerla).
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad.” Juan 16:13.
Vea cuán importante es recibir el Espíritu Santo, que es el Espíritu de verdad. Obteniéndolo, nadie le podrá engañar. El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo), Él fue enviado por el Señor Jesús después que resucitó y ascendió al Padre, para que sus hijos no quedaran huérfanos y pudieran vivir en la verdad, y sin ser engañados por la mentira.
El Espíritu de la verdad no deja vivir a sus hijos en la mentira, por el contrario, los guía en toda verdad y los hace vivir en la fe.
Pero, ¿Qué es vivir en la fe? Es vivir en la obediencia a la Palabra de Dios.
Al vivir en la obediencia a la Palabra, no apenas oyéndola, sino principalmente poniéndola en práctica, es que el Espíritu de Dios entra en la persona, y siendo así, Él realiza una OBRA COMPLETA, nunca hará algo por la mitad.
Por ejemplo: la persona pide oración porque quiere ser prospera; pero si obedece la Palabra y recibe el Espíritu de la Verdad, Él le guiará, le dará ideas, inspiración y dirección que le traerán prosperidad a su vida.
Dijo Jesús: “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.” Juan 14:15-19.
Su vida cambiará, sólo si concuerda con todo lo que está escrito en la Palabra de Dios; si obedece y práctica esta palabra, usted será una bendición.