Investigadores de la Facultad de Medicina de la USP (FMUSP) afirmaron: intervenciones espirituales y religiosas pueden ser benéficas en el tratamiento de diversas enfermedades.
Aquel que conoce la Biblia sabe que el resultado de la investigación no es una novedad. En diversos pasajes, la Palabra de Dios muestra curas físicas y psicológicas de quien cree. Incluso, es importante resaltar que, en todos los casos, el enfermo no cree solamente, sino que también lucha por su cura. Como sucedió con el paralítico en Capernaum, que, al no poder llegar a Jesús por la puerta de la casa en la que Él estaba, lo subieron al techo y por allí lo bajaron.
Viendo la fe de aquel hombre, y para que todos sepan que el Hijo de Dios tiene el poder sobre toda la tierra, el milagro fue realizado. Los pecados del paralítico fueron perdonados y el hombre pudo caminar.
La fe cura, pero hay que luchar por eso
Los doctores me detectaron principio de cáncer en el útero. Después que mi esposo murió una noticia terminó por destruirme. Fui a realizarme una prueba de papanicolau y el doctor descubrió que tenía principio de cáncer. Yo ni siquiera sabía cómo reaccionar frente a ese resultado; ya que, en lo único que podía pensar, era en el hecho de que mis hijos se iban a quedar solos, huérfanos, sin nadie que velara por ellos.
La situación empeoró cuando me di cuenta, que mi situación económica no podía cubrir los medicamentos y tratamientos que debía realizarme, estaba desesperada, tratando de conseguir una cura.
Mi mamá al ver lo mal que estaba me invitó a participar de la reunión por mi sanidad; aprendí a usar mi fe y puse en práctica las enseñanzas de los pastores, grabé en mi corazón que para Dios no había imposibles.
Me volví a realizar, nuevamente, los exámenes y estaba curada, no quedaban rastros de la enfermedad.