Con el pasar del tiempo, muchos matrimonios van dejando que su relación se enfrie y abandonan el contacto físico totalmente. Ya no caminan de la mano uno con el otro, no se despiden con un beso, no se abrazan, ni se sientan juntos en el sofá. Poco a poco se van convirtiendo en dos extraños y se van distanciando, y no se asombre si el amor se va enfriando.
Tal vez uno de los dos ha sido criado desde pequeño de manera diferente y piensa que no es tan importante, los problemas ya enfrentados en el matrimonio hicieron que usted pierda las ganas de acariciar a su pareja.
Sin embargo, el toque físico es tan importante que necesita toda la atención y esfuerzo de parte de la pareja. Comenzando poco a poco la mujer puede tocar el hombro del marido cuando él estuviera tomando café. Él también puede abrir la puerta y coger la mano de la esposa cuando ella esté saliendo del carro. Vuelvan a darse aquel beso en el rostro al llegar y al salir. Esos pequeños contactos físicos calientan más su relación que el sol al medio día.
Consejo: mantenga el calor en la relación a trevés del contacto físico.