Todos cargamos una maleta de buenos y malos pensamientos. Los buenos pensamientos son los que nos dan ánimos para seguir caminando y avanzando en la vida. Por el otro lado, los malos pensamientos sólo terminan opacando la felicidad de la persona, frustran el presente, el futuro y no permiten que la persona logre su objetivo en ninguna área de la vida.
En los últimos años hemos visto como el equipaje de los malos pensamientos ha pesado más en la balanza que los buenos pensamientos, lo cual ha provocado que surja la desconfianza y el miedo a volverse a enamorar. Por esta razón, vemos cada vez más solteros que no quieren ningún compromiso con nadie, personas que viven juntas sin haberse casado formalmente y tantas ‘apps’ para encontrar una pareja.
Esto era algo que ya estaba profetizado por el Señor Jesús que acontecería durante los últimos tiempos por causa de la maldad de las personas: mentiras, engaños, traiciones, separación, en n, etc.
“Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe (…) Muchos tropezarán (…) y unos a otros se aborrecerán… y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará». Mateo 24: 4; 10-12
Por este motivo, tenemos que estar alertas, porque la base fundamental de una familia es la unión de la pareja. Teniendo esto en mente, podemos comprender por qué el diablo trabaja día y noche para colocar malos pensamientos en medio de una relación.
“Ambos sufríamos en el amor, todo cambió cuando aprendimos a valorar nuestra esencia”
“La persona que amaba no quería un compromiso serio conmigo, al verme en esa situación, decidí cortar esa relación de 4 años. Estaba cansada de tantos fracasos y no quería volver a sufrir de esa manera, por eso tomé la decisión de no volverme a enamorar. Había perdido la fe en que un día iba a ser feliz en el amor.
Por otra parte Luis, mi esposo, era alcohólico; debido a su timidez e inseguridad, pensaba que era muy feo y no sabía cómo hablarles a las mujeres sin estar bajo la influencia del alcohol.
La vida de ambos cambió en el momento que aprendimos a cómo usar la fe y a luchar por nuestra felicidad. Aquí fue donde ambos logramos vencer todos los traumas. Hoy nuestra vida está completamente transformada y estamos felizmente casados.”
•• Yareni Verdugo y Luis Barajas