BIENAVENTURADO el que piensa en el pobre; en el día del mal el SEÑOR lo librará. El SEÑOR lo protegerá y lo mantendrá con vida, y será bienaventurado sobre la tierra; y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos». Salmos 41:1-2
A veces las personas piensan que ser pobre es solo no tener dinero, pero nosotros sabemos que no es así. En realidad, ser pobre es no tener paz, amor, salud, una familia unida y, principalmente, no tener la Salvación. ¡Esa sí es la mayor pobreza!
Cuando el Señor Jesús estuvo en este mundo, siempre buscó enseñarnos esto, Él siempre estuvo junto a los pobres, aquellos a los que nadie quería y por eso Dios Se manifestaba de manera Gloriosa. La verdad es que Dios no trabaja a través de ricos, codiciosos y orgullosos, sino a través de los pobres para tornarlos ricos en la fe, como dice el texto:
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Dios no trabaja a través de ricos, codiciosos y orgullosos, sino a través de los pobres para tornarlos ricos en la fe.
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«Hermanos míos amados, escuchad: ¿No escogió Dios a los pobres de este mundo para ser ricos en fe y herederos del Reino que Él prometió a los que Le aman?». (Santiago 2:5).
Si todos los que, de hecho, quieren servir a Dios atienden a los pobres de este mundo, Dios los librará en el día malo y hará que ellos prosperen en la tierra como está escrito, ¡y sobre todo tendrán la mayor riqueza que un ser humano puede tener, que es SALVACIÓN.
No podemos olvidarnos de que Dios, en ningún momento, prometió Salvar a la CARNE, sino al ALMA.