A raíz de perder a mi padre me sumergí en la depresión, perdí la ganas de vivir, perdí mi salud, dejé de ir a la universidad y no conseguía superar esa pérdida, pero el dolor no era sólo espíritual, pasó a ser físico también, me diagnosticaron fiebre reumática y esto me producía dolor en los huesos, además sufría de constantes dolores de cabeza, mi mamá me llevaba a médicos y a pesar de tomar muchos calmantes, no conseguí hacer nada.
Al no poder trabajar pasamos a tener muchas deudas, perdimos todo, incluso nuestra microempresa, pedíamos prestado y todo iba de mal en peor.
Con el paso del tiempo no pude más caminar y fue ahí cuando mi mamá me llevó a la Iglesia Universal, así empecé a perseverar en las cadenas, poco tiempo después fui sanado y liberado de los males espirituales.
Participé en varias Campañas de Israel por mi vida espiritual, así fui bautizado con el Espíritu Santo, todo se hizo nuevo dentro de mí, pasé a ver la vida, las personas y las situaciones de otra manera, de la perspectiva del Señor Jesús, así pasé a experimentar la verdadera paz y alegría.
Conocí a Katiuska, quien también había pasado por un proceso de liberación, y se convirtió en una mujer de Dios, con quien me casé tiempo después, formamos nuestra familia, en nuestro hogar hay armonia, comprensión, gratitud, fidelidad, respeto y estamos felices gracias a Dios.
En el ambito financiero, sufrí una injusticia laboral, aquella situación me dejó indignado, pero aproveché una oportunidad para manifestar mi fe, participé de otra Campaña de Israel, pedí a Dios mi independencia económica y Él respondió.
Actualmente, estoy montando mi propio negocio, un taller mecanico industrial, conquisté mi carro del año y gracias a Dios todo nos va bien. Yo puedo decir que la fe sacrificial vencé todos los males.