«El que habita al Abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.» (Salmos 91.1); no se trata de si es o no una buena persona, cariñosa y querida por todos; se trata de seguir la indicación que el Propio Dios dio. Muchos conocen ese Salmo, lo han leído diariamente, lo tienen impreso en algo dentro de sus casas o lo mantienen a la vista en sus Biblias y, sin embargo, no han visto cumplirse en sus vidas esa promesa, están desamparados.
Todos los domingos la Iglesia Universal se convierte en ese Abrigo del Altísimo, en donde aquellos que han participado de la Concentración de Fe y Milagros, han aprendido a vivir bajo la sombra del Omnipotente. Únase a esa multitud y reciba la bendición del Salmo 91 junto a nosotros.