“Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a Él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18: 2-8)
Aquí Jesús nos enseña las tres armas de la fe para alcanzar la justicia divina: la oración, el ayuno y la perseverancia.
Así como esta viuda tenía una injusticia sin resolver, hay muchas personas también viviendo en esa situación, porque todo sufrimiento se resume en una palabra: INJUSTICIA.
Jesús nos dejó su ejemplo en el desierto, pues en ayuno y oración venció al diablo. El diablo está por detrás de toda injusticia; y la única manera de vencerlo es usando las armas de la fe, es en el ámbito espiritual donde recibimos la justicia divina. Quien no entiende esta verdad, vive luchando con las armas humanas y no consigue vencer el espíritu de la injusticia.
Usted debe ignorar las circunstancias para permanecer en espíritu de oración.
El mal le atacará con pensamientos y palabras para que usted dude, pero Dios le dará palabras para enfrentar el mal y vencerlo.
Cuando el diablo tentó a Jesús en el desierto y le dijo que transformara las piedras en pan, aunque Él estaba débil en su cuerpo, respondió con la fuerza de su espíritu usando la palabra de Dios. (Mateo 4:4)
¡El Señor Jesús venció, porque uso las armas de la fe! La justicia de Dios es para sus escogidos.
Por tanto, vamos a hacer 15 días de esfuerzo físico y espiritual; clamando a Dios en todo tiempo.
Usted podrá estar trabajando, caminando, haciendo los oficios de la casa e incluso manejando, pero con sus pensamientos siempre unidos a Dios.
Si usted está necesitando de una ayuda espiritual, escríbanos a orientacion@universal.org.ec estamos listos para atenderlo.