En la ciudad de Quito, la Iglesia Universal en conjunto con la Cruz Roja Ecuatoriana, sumaron fuerzas en plena pandemia, en una campaña para salvar vidas a través de la donación de sangre.
Pastores, obreros, grupos y miembros de la iglesia, acudieron al llamado de Dios de “amar a su prójimo como a sí mismo”, y llegaron a las tres sedes principales de la iglesia en Quito, al norte, sur y centro de la ciudad, con el objetivo de donar una pinta de sangre.
Se recaudaron cerca de 200 pintas de sangre, las cuales con certeza han podido ayudar a salvar vidas, en medio de noticias devastadoras y tragedias, hay una luz de esperanza gracias a aquellas personas que se sumaron a esta causa y aportaron su grano de arena en esta lucha contra la muerte y la desesperanza, aquí en Ecuador.
Si tenemos cómo ayudar ¡Lo haremos! No dejaremos de darle la mano a quien lo necesite.
MI FE HABLÓ MÁS ALTO QUE EL DIAGNÓSTICO QUE RECIBÍ
Quedé embarazada de mi tercer hijo a los 43 años y estaba extremadamente preocupada por las complicaciones que se podrían presentar para el bebé y para mí.
Los miedos y las inseguridades me invadieron mucho más cuando la ginecóloga me especificó que mi embarazo era de alto riesgo, pero como miembro de la Iglesia que había aprendido a usar la fe en un Dios vivo, hice mi propósito en el Altar para que todo saliera bien.
Dejé mis miedos, dudas e inseguridades y gracias a Dios mi hijo nació sano, sin ningún problema de salud y estoy muy feliz.