Con los apuros que tenemos en el transcurso del día, se ha vuelto imposible prestar atención a las personas que están nuestro alrededor. El objetivo de las personas primero es resolver sus problemas, los inconvenientes que suceden en el transcurso del día para poder llegar a la casa y descansar.
Sin embargo, no todos han logrado descansar, o han obtenido mejores resultados en la vida, no por falta de esfuerzos o dedicación, y sí por no haber practicado la mejor dádiva descrita en la Biblia Sangrada: “Quién da, recibe”, innumerables son las personas que han escuchado está palabra, sin embargo, les ha sido difícil ponerla en práctica.
Los miembros de esta labor dedican su tiempo para realizar este voluntariado, llevando a los que más necesitan, una ayuda física y espiritual.
Domingo a domingo, los voluntarios junto al pastor Joao Borges responsable por esta la labor Social realizada en Ecuador recorren las avenidas de Guayaquil en búsqueda de personas necesitadas, las mismas que son llevadas al parqueadero ubicado en la Av. de las Américas 305, al norte de Guayaquil, donde se efectuo la ayuda. Muchos de ellos no sólo buscan la ayuda física, sino también emocional y espiritual, pues ni siempre tienen a alguien con quien hablar y confiar sus tristezas y dificultades.
Los beneficiados reciben con alergía y gratitud cada uno de los elementos dados y fueron desafiados a colocar su fe en práctica para una transformación de vida.