A pesar del sufrimiento, siempre quise tener una nueva vida, diferente, en la que hubiera paz y felicidad.
Cuando conocí la Iglesia Universal mi vida estaba destruida por causa de tantos problemas que enfrentaba. Vivía esclavizado por los vicios, tenía problemas económicos y había fracasado en la vida sentimental. A causa de los vicios, era un hombre infeliz porque no tenía una estabilidad en el amor. No sabía cómo querer a alguien ni mucho menos cómo cuidar a otra persona. Mi vida era un fracaso, me esforzaba, pero no lograba avanzar.
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Poco a poco empecé a perder todo lo que tenía, incluyendo mi empresa.
Todo mi sufrimiento terminó cuando fui invitado por mi mamá para participar en una reunión de la Iglesia Universal. Donde aprendí a usar mi fe para poder ver los resultados positivos en mi vida.
De esta manera fue como logré romper las cadenas que me estaban atando a los vicios. En una oportunidad escuché hablar de la Campaña de Israel y decidí lanzarme en esa fe, ya que sólo Dios podía transformar mi vida.
Dios no me defraudó. Hoy mi vida es exitosa, volví a abrir mi compañía, la cual me trae excelentes ingresos. Actualmente no estoy realizando los sueños de otros, sino mi propio sueño. Pero, puedo armar que mi mayor conquista ha sido recibir el Espíritu Santo, quien me dio alegría, paz y una nueva dirección para mi vida
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“En la Iglesia Universal descubrí que del Altar de Dios viene nuestro sustento diario y en él encontramos la respuesta que anhelamos.”
Sr. Gerardo Gonzale