A los 12 años, después de que me hicieron estudios médicos, me descubrieron un tumor en el lugar donde se estaba produciendo líquido cefalorraquídeo (LCR), también conocido como líquido cerebroespinal, encontrado en el espacio subaracnoideo del cerebro y de la médula espinal. Ese tumor formó también una hidrocefalia, la cual le causaba fuertes dolores de cabeza. Fui sometido a una cirugía de emergencia, después de ella el médico dijo que la situación era muy grave, que había hecho de todo para salvar mi vida, pero igual estaba entrando en estado de coma, y el equipo médico tenía tres horas para revertir ese escenario.
Mi abuela ya conocía el camino de la fe y desde el primer momento, aun delante de un cuadro desesperante, ella siempre clamó a Dios y Él le respondió.
Dios hizo que lo imposible se vuelva posible, Él me dio fuerzas para seguir los tratamientos, y así poder recuperarme de la enfermedad.
Después de muchos medicamentos y varios exámenes, en septiembre del 2022, me dieron los diagnósticos y los análisis médicos donde constaba que no había más la presencia de células neoplásicas.
•• Gabriel Hernández