Probablemente, tú debes seguir esta novela en la Record dónde está logrando el mayor éxito. Yo confieso que me gustaría seguirla más asiduamente, pero muchas veces no puedo. Tú me entiendes, ¿no es cierto? Nuestro tiempo no pasa, vuela. Pero, lo que te quiero mostrar hoy son los mandamientos que Dios nos dejó, pero explicados de una forma que, tal vez, tú nunca los viste o te detuviste a pensar. Entonces, agarra tu cafecito y tu pan de queso (Ah, ¡qué delicia!) y allá vamos.
1. “No tendrás otros dioses delante de mí”.
Tú debes fijarte y ver si no has hecho de tus estudios un “dios” para ti. ¿Cómo saberlo? Observa tu comunión con Dios y fíjate bien el lugar que Él ocupa en tu vida. ¿El lugar es el podio? ¿Él es tu primicia? ¿En todo? Si la respuesta es no, entonces con seguridad tú has adorado a otros dioses indirectamente además del Señor, que en este caso, pueden ser tus estudios, tu trabajo, tus compromisos. ¡Pueden ser tantas cosas!¡Incluso puedes ser tú misma! Piensa al respecto.
2. “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas…”
Ahí tú me dices: “¡Wow, Quel! ¡Ahora tú viajaste muy lejos! ¿Cómo es eso de la imagen? Me resulta extraño. ¡Está atado!”. ¡Está atado! ¿No es cierto? ¿Y, aquella cadenita que usas para hacer tus exámenes? ¿O aquella medallita de la que no te desprendes? ¿Y aquel “santito” que cargas en tu mochila? ¿O aquella imagen que tú cargas en la cartera para que te de “suerte” en el día de la prueba? Bueno, en realidad, si tú tienes este tipo de comportamiento, no hay nada de atado. ¡Al contrario! ¡Está muy suelto! Amiga, ¿le prestaste atención al segundo mandamiento? Releelo nuevamente, por favor. Discúlpame por mi sinceridad y por si estoy yendo contra tu “fe”. Sin embargo, tu fe ha sido ignorante por no decir otra cosa. Una medallita, una imagen, una cadenita; sea lo que sea. ¡No te llevará a ningún lugar! ¡Mira solamente lo contradictorio que es! Si yo te ofreciera una pata de conejo para que lleves el día del examen, probablemente tú no la aceptarías. ¿Por qué no la aceptarías? “¡Ah, Quel! ¡Porque es una pata de conejo! ¿No es verdad?”. ¡Ni siquiera lo estoy diciendo yo! ¡Amiga! ¡Coloca toda tu fe racional en el único Dios! ¡Él no se limita a una cadenita! Detente ahí. Si mi Dios estuviese en una cadenita, ¿sería yo quién tendría que llevarlo en mi mochila? ¿Yo soy mayor que Él? ¡No! ¡Dios puede estar en su interior! ¿No es mucho mejor?
3. “No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano”.
“¡Ay, mi Dios ayúdame! ¡Ay, mi Dios qué difícil! ¡Ay, mi Dios! ¡Jesús! ¿Qué prueba es esa? ¡Señor amado! ¡Está atado este tema! La matemática es del diablo. ¡La sangre de Jesús tiene poder!” Yo solo espero que frases como estas no hagan parte de tu día a día. Yo voy a ser sincera contigo: muchas veces me vienen esas frases para que yo las diga. Y, algunas veces yo las digo. Pero, tenemos que vigilar. Sabes amiga, algunas cosas no las hacemos por mal, sino por el hábito de hacer. Son manías, ¿sabías? ¿Qué tal si te fijas en esto? ¡Vigila lo que sale de tu boca! ¡El nombre de nuestro Señor es tan santo! ¿Qué tal usarlo apenas cuando estuvieses hablando con Él o sobre Él para alguien?
4. “Acuérdate del día de reposo para santificarlo”.
No necesariamente es el sábado. Y, si tú estás pensando: “¡Ajám! Ahora, quiero ver cómo me justificas que no es el sábado, Quel. ¡En la Biblia dice que tiene que ser el sábado!” Entonces, si tú quieres argumentar sobre eso, voy a dejar que Jesús te explique, ¿ok? Él te espera ansioso en el libro de Lucas 13. Pero, volviendo a nuestro asunto: tú debes tener tiempo para tener tus momentos con Dios. ¿Tú vas los domingos a la iglesia? ¿Y, los miércoles? Amiga, yo súper entiendo que tu vida sea ajetreada y que no tienes tiempo para nada. ¡Parece que nadie te entiende! ¡Te entiendo de verdad! Pero, tú tienes que prestarle atención a tu vida espiritual. Ella es la base de tu humor y de tu estado de espíritu. ¡Ella es la base para las otras áreas de tu vida! ¡Ten tus momentos con Dios! ¿No te alcanzó el tiempo para ir a la iglesia? Ten esos momentos en tu habitación, en el baño. ¡No sé dónde! Pero, a dónde sera; ten tus momentos con Dios.
5. “Honra a tu padre y a tu madre”.
¡Honrar! ¿Qué sería honrar? Independientemente de tu elección, ésta debe generar honrar para tus padres. ¿Optaste por ir a la universidad pública? Tu desempeño debe honrar a tus padres. ¿Optaste por estudiar fuera de tu país? Esta elección debe generar honra para tus padres. ¿Optaste por estudiar “x” en lugar de “y”? Entonces, honra a tus padres con el resultado que esa elección traerá para tu vida. La preferencia es tuya, pero hay una cosa de la cual tú no puedes huir: tú debes honrar a tus padres independientemente de tu elección.
6. “No matarás”.
Tal vez, tú hayas transgredido este mandamiento varias veces. ¡Tantas veces que tú no recuerdas cuántas fueron! La realidad es que tú has matado tus sueños, tú has matado tus proyectos. Pero, ¿sabes qué es lo más loco? Es que si tú tienes un sueño y ese sueño glorifica el nombre del Señor Jesús; entonces, tú estás matando el sueño del propio Dios. (Lee Filipenses 2:13). Él soñó y colocó ese sueño adentro tuyo para que se realice. Él se realizará si cumples el querer de Dios. Sin embargo, ¿qué es lo que muchas veces hacemos? Simplemente, no creemos en nosotras y nos comparamos con otras personas. Nos disminuimos, nos sentimos inferiores, no invertimos en nosotras mismas…Deja de matar los sueños de Dios adentro tuyo. Simplemente ten coraje y vívelos. Piensa un poco en tu realización.
7. “No adulterarás”.
Adulterar es estar comprometido con algo/alguien y simplemente practicar la infidelidad. Digamos que tú estás determinada a aprobar un examen de ingreso, un concurso público, que te vaya bien en la facultad…Tú (aparentemente) estás enfocada. Pero, hay otras cosas que te llaman la atención, te alejan de tu objetivo. Tú divides las fuerzas que deberían ser dirigidas a tus estudios e inviertes en tus amistades, televisión fuera de horario, redes sociales…¿Estás de acuerdo con que no estás siendo fiel a tu compromiso de estudiar? Pero, lo peor es cuando ese adulterio está en tu vida espiritual. Tú le haces un voto a Dios de serle fiel independientemente de cualquier cosa. Ahí llega el momento de probarlo y tú te comportas mal en tu escuela/facultad, vas a bailar, vas a un bar con tus “amigos”, mientes, te quedas con los varones, no respetas a tus padres…Ahí, se hace difícil tener una relación de esa manera; ¿no es cierto? Si Dios fuese así contigo, ¿tú te quedarías con Él? ¿No? Entonces, ¿por qué Él tiene que soportar ese adulterio que tú practicas con Él? ¡Aprovecha que todavía hay tiempo para realizar cambios!
8. “No robarás”.
No le robes a los hombres y tampoco a Dios. ¡Eso es un mandamiento! Lee Malaquías 3 y fíjate si no ha sido ese detalle tan importante que hizo con que las ventanas de los cielos no estén abiertas para ti. La llave para abrirlas está en tus manos. *;) guiño
9. “No dirás falso testimonio contra tu prójimo”.
Algo muy común entre los estudiantes es el clima de competencia. Y mira, ¡qué cosa más perturbadora! Cuando tú decides presentarte al examen de ingreso para la facultad, parece que solo hay una vacante porque siempre está aquel ser bendecido que llega cerca de ti y dice: “Hey, me enteré que el examen es muy difícil aquí. ¡Pero estoy tranquila! ¡Estudié mucho! ¡Estoy súper preparada! Me saqué “X” en el último examen, sabías…¿no? ¡Tengo un buen nivel en redacción! ¡Ah, es un placer conocerte! ¡Buen examen!” Aaahh!!! ¡Qué ganas me dan de ungir la lengua de esa persona! ¡Discúlpenme por la sinceridad! Pero, hay gente que no pierde la oportunidad de quedarse callado. ¡Será posible! Amiga, sé virtuosa. No abras tu boca para hablar mal, para desanimar, para chusmeríos, para mentir, para desmotivar. ¡Pero, que tu boca sea una fuente de refrigerio! ¡Qué sea una fuente de agua viva y no sucia!
10. “No codiciarás lo que es de tu prójimo”.
Amiga, entiende una cosa: ¿tu vida está en el Altar? Si es así, lo que es para ser suyo; lo será. ¡Quédate en paz! ¡No necesitas frustrar la vida de la persona que está a tu lado. “¡Ah, Quel! ¡Pero, esa persona ni siquiera estudia! ¡Es perturbada y le va mejor que a mi!” Pero, te digo que tú eres peor que ella. ¡Porque tú conoces la verdad, conoces a Dios y piensas de esta manera! Hazte un favor a ti misma y por amor a tu alma: cuida bien de tu comunión con Dios y deja que Él cuide de ti. ¡Mira para ti!
Sigue los diez mandamientos. Sé fiel y no murmures. Así, llegarás más rápido a la Tierra Prometida.
¡Nos vemos por ahí o por aquí!
Quel Delatorre
P.D: ¿No nos visitaste todavía en nuestra página de Estudante Blindada? ¡No lo creo! jaja. Te espero allí. *;)