Aunque a menudo se confunde artrosis y artritis, son dos patologías reumáticas que pueden darse por separado o coexistir en el mismo paciente. Una de cada cuatro personas sufren de alguna enfermedad reumática –un conjunto de más de 200 patologías relacionadas con el aparato locomotor–, por lo que se estima que hay más de 500.000 afectados.
¿En qué se diferencian artrosis y artritis?
La artrosis se caracteriza por el deterioro progresivo del cartílago, que recubre las superficies articulares y produce dolor, rigidez y limitación del movimiento articular.
Se manifiesta mediante la inflamación de una o varias articulaciones, que se acompaña de rigidez matutina prolongada, dolor continuo-tanto diurno como nocturno- y pérdida de la movilidad, de la capacidad para realizar actividades de la vida cotidiana y de la calidad de vida.
En la artritis y el tejido inflamado es la membrana sinovial que está en el interior de las articulaciones, como consecuencia hay derrame (líquido sinovial en exceso) y se daña el cartílago, el hueso, los ligamentos y tendones que rodean la articulación inflamada con importantes secuelas, sino se diagnostica y se trata.
La artritis reumatoide comienza habitualmente como una poliartritis simétrica, afecta a múltiples articulaciones de las extremidades, principalmente a las manos, los pies, las rodillas y a la columna cervical.
No existe tratamiento curativo como en otras enfermedades crónicas. El objetivo del tratamiento farmacológico y no farmacológico es conseguir disminuir la actividad de la enfermedad, manteniendo la calidad de vida del paciente y aliviando su dolor. El éxito dependerá de que el reumatólogo haya efectuado un correcto diagnóstico precoz y de la colaboración del paciente con los distintos especialistas que lo atienden.
Los dolores a causa de la artritis y artrosis reumática, eran insoportables
Antes de conocer la Iglesia Universal mi salud estaba muy deteriorada.
Padecí durante 5 años con hemorragia nasal la cual no cesaba por nada, como si fuera poco también tenía artritis reumática y artrosis, ambas enfermedades hacían que los huesos y articulaciones me dolieran con más frecuencia, el dolor llega a ser tan intenso que literalmente sentía cómo si me retorcieran los huesos.
Acudí a las citas médicas en las que el doctor me recetaba medicina para aliviar los dolores, sin embargo, no surtían efecto, pues los malestares no cesaban, por el contrario, cada día que pasaba parecía que iba empeorando, además ya estaba perdiendo la movilidad.
Fue en esa situación que conocí la Iglesia Universal, donde desde el primer día que llegué supe que ahí encontraría una solución, al cabo de algunas semanas fui aprendiendo a usar mi fe; el Pastor me indicó que, a través de la perseverancia, podría alcanzar la cura de todas las enfermedades, o sea, el milagro era posible.
Todos los martes luchaba por mi salud, los cambios fueron notorios, dejé de tomarlos medicamentos pues ya no sentía los dolores, también la hemorragia nasal cesó. Hoy gracias a Dios estoy curada, y disfruto de una salud plena, puedo realizar mis quehaceres con normalidad sin sentir dolor, algo que antes era imposible realizar. Sra. Juana C.
Usted que busca un milagro y quiere la sanidad, acérquese este martes, reciba la oración del hombre de Dios y por la fe sea curado. Participe este martes en la Iglesia Universal más cercana a su hogar.