La práctica de actividad física es lo que algunas mujeres buscan y recomiendan para sobrellevar el embarazo. “Ayuda a controlar su peso, mejora su estado de ánimo y también es beneficioso para el bebé porque absorbe la energía de la madre”, señala la obstetra guayaquileña Celia Ortega.
En la academia Mommy Life (segunda etapa de la Alborada) no solo las embarazadas realizan ejercicios, sino también las madres con sus bebés.
Militza Vélez, propietaria del centro, señala que el objetivo es “acabar con el pensamiento de que estar embarazada es igual a estar enferma”.
Vélez, que además es instructora, cuenta que esta idea nació durante su estadía en Bélgica cuando esperaba a su hijo. “Me especialicé en danza, hice shows en Bélgica representando a Ecuador (…), tomé cursos de entrenadora personal. Estudié con los obstetras de allá y un doctor en medicina general para definir los pasos exactos que se deben realizar para mujeres en estado de gestación”, indica Vélez.
La ginecóloga obstetra Myrna Vargas recalca que el ejercicio físico es bueno para la mujer “siempre que no sea diagnosticada con un embarazo de alto riesgo o haya tenido un parto por cesárea”, debido a que el estado físico de cada mujer es diferente y el peso del niño puede abrir los puntos. “Si la mujer está acostumbrada al ejercicio no tendrá dificultad, pero si recién se inicia en la actividad física debe empezar con entrenamiento leve”, indica.
Vélez agrega que para inscribirse como participante de la academia se les pide una autorización del doctor, en la que se certifique que está apta para el entrenamiento realizado en Pancitas arriba, el servicio que ofrecen para embarazadas.
“Son clases de danza árabe enfocada en pasos seguros para no correr ningún riesgo”, dice la instructora. Además brindan un servicio en el que la mamá y el bebé realizan bailoterapia utilizando la kunga (tela para cargar al bebé).
Paola Prado, terapeuta física especializada en niños, brinda tres recomendaciones antes de hacer actividad física: la madre y el infante no deben estar recién comidos, verificar que el niño no tenga sueño y evitar que la kunga haga fricción en órganos sensibles en la madre como los senos y en la barriga del niño.
“El bebé tendrá beneficios psicomotores porque está escuchando música, que no debe estar en alto volumen”, sugiere la terapeuta. (I)