“A los 25 años comencé a realizar planes y proyectos para mi vida, cuando de repente haciéndome unos chequeos descubrí que tenía una enfermedad muy rara.
Toda mi piel comenzó a mancharse era semejante a sarampión. Con el pasar de los días, no podía ni tomar un baño con normalidad, pues después del mismo mi piel quedaba toda roja y sentía que me ardía.
Me realicé varios exámenes para poder saber qué era lo que tenía, sin embargo, ninguno supo decirme lo que tenía. Mediante los síntamas los doctores me pudieron decir que parecía que tenía un lupus y que no podían hacer nada más porque la enfermedad estaba muy avanzada. Me dolían los huesos y las articulaciones. Todo el cuerpo lo sentía muy débil. Estaba desesperada pues no podía ni salir mucho al sol porque mi piel se ponía roja y tenía que ir directo al hospital.
Un día recibí una invitación para participar de las reuniones de sanidad en la Universal. Perseveré y luché constantemente por varios meses hasta que después fui viendo una mejoría total en todo mi cuerpo. Volvieron a realizarme exámenes en los cuales diagnosticaron la cura. Gracias a Dios tengo la piel normal sin machas ni ningún tipo de secuelas. ”