Hay actitudes en la vida de las que es mejor deshacerse, para que no sean un tropiezo en la realización de sus metas y objetivos.
A veces ciertas rutinas parecen normales, sin embargo, la sensación que queda es frustrante; luchar, trabajar largas horas, hacer planes extraordinarios, sin embargo, todo queda en la nada, no se ve un avance y ni siquiera se alcanzan las metas más básicas. A continuación, aprenda cómo vencer ciertas actitudes que pueden volverse un gran obstáculo a la hora de fijar sus objetivos y conquistar sus metas.
Venza el desánimo
A nadie le gusta trabajar con personas desanimadas, pues éstas no tienen objetivos.
Cuando usted se sienta desanimado, busque un lugar tranquilo y piense en una solución para salir de ese estado.
Abra su visión
Es necesario salir de su zona de confort, para que pueda ver las grandes oportunidades que está perdiendo y que le hacen ser una persona limitada. Abra su visión para observar la grandeza que Dios tiene para su vida. ¡Dios es mayor que su problema, la crisis y la dificultad que está enfrentando!
No olvide que en una gran obra siempre habrá mucho ruido, polvo, golpes, escombros, pero después de todo ese proceso se podrá contemplar una gran construcción. Es decir, después de las luchas que está enfrentando, ¡vendrá la alegría de contar que después del proceso alcanzó sus metas!
Crea en el Pacto
Después que haya vencido el desánimo, abierto su visión (pues es posible emprender, conquistar y realizar), crea que todo su esfuerzo no será en vano y que obtendrá la recompensa. Sea perseverante en su Pacto, en cada momento y situación que enfrente, confíe en Dios ¡pues Él estará con usted! Siga estos pasos, ¡y usted verá las promesas de Dios cumpliéndose en su vida!
La perseverancia es esencial
La miseria estaba estampada en cada área de mi vida, no tenía dinero, lo poco que ganaba no alcanzaba para nada, tuve percances en mi salud, desavenencias en mi familia y emocionalmente me sentía desanimada, sin perspectiva de vida ni planes a futuro, pero cuando empecé a participar en el Congreso para el Progreso mi visión cambió, aprendí a luchar por lo que quería, vencí el desánimo, esperaba un trabajo, pero Dios nos dio la idea de emprender un negocio. Tengo paz en mi hogar y unión familiar. Ahora puedo disfrutar del resultado de tener un pacto con Dios y una vida abundante.
Cuando la visión cambia, también cambia la perspectiva y los resultados.
•• Sra. Mariana