“Mi vida era un infierno, pues convivir con dos hijos adictos no era nada fácil y peor aún que yo sólo
vivía enferma. Pasaba angustiada en casa, cada vez que escuchaba la sirena de un patrullero de la policía,
me asustaba y me ponía nerviosa pensando que a uno de mis hijos se los llevaban.
Ellos se desaparecían todo el día y sólo llegaban en la madrugada drogados. Hice de todo para sacarlos
del vicio; los interné en varias clínicas de rehabilitación pero no funcionaba, ellos se escapaban de estos Centros para ir a consumir.
Sin saber que más hacer por mis hijos, llegué al tratamiento para la Cura de los Vicios y empecé a luchar por ellos.
Hoy por hoy ellos ya no consumen ningún tipo de droga, están completamente curados. Me siento muy feliz porque pude rescatar a mis hijos de las garras de las drogas”.