Yo te dejé creer en ello, por tu propio bien… Pero, de aquí en adelante, olvida todo lo que yo te conté – ellos no existen. En fin, ahora ya eres grande para creer en esas cosas…”
Imagine un niño digiriendo este tipo de información. Si para un adulto, ya es difícil lidiar con una decepción, ¿por qué nos parece tan simple lanzar una granada en el mundo que ella construyó en la “tierra de la fantasía”, sin pensar en las consecuencias que eso acarrea en su carácter? Simplemente parece ser algo que no importa, en definitiva, el niño lo olvida todo…
En esta época, después de recibir su regalo de Navidad – otra fiesta inventada– miles de niño descubren que en realidad Papá Noel no existe.
El Conejito de Pascua tampoco – de hecho, ¿de quien fue esa brillante idea? ¿Donde ya se vio un conejito poner huevos?. El Hada de los Dientes ya debe haber decretada suspensión de pagos, y la Pandilla de la Justicia se jubiló – hoy día nadie quiere saber de super-héroes.
¿Ya pensó que pasa por la cabeza de un niño cuando descubre que todo aquello en lo que creía era una tremenda mentira?
Prácticamente todo con lo que usted y yo soñábamos y en lo que nos espejábamos cuando niños, era una ilusión.
Y el mundo aplaude los sueños fallidos y niños que crecen con el mensaje subliminal – mis padres también mienten, inventan historias, manipulan informaciones – es algo que yo también puedo hacer. Es normal.
Yo tuve un día que hacer mi elección como madre – sí, fui drástica – yo escogí la verdad. No te digo que fue algo fácil, muchas veces yo fui juzgada y muy criticada – no sólo por profesores, directoras, familiares, otras madres – hasta por personas que decían profesar la misma fe.
Mi hija nunca creyó en ninguno de esos personajes. Ella no participaba de las fiestas dedicadas a “santos”, Halloween, Carnaval… Nunca hizo ninguna rabieta por un juguete de Navidad – y ni se quedó frustrada por eso. Te garantizo que no fue una opción “fanática” – fue bien pensada, racional – ¿por qué yo, que fui tan corrompida por el engaño, permitiría que mi hija pasara por lo mismo?
Puedo haber cometido varios errores como madre, pero en ese punto, ah sí, yo tengo certeza absoluta que acerté.
Para ella, nunca existieron “atajos” – todo o que tiene, viene de Dios. Vivimos para el altar, y yo le enseñé el Camino del Sacrificio. ¿Y los héroes?
Ella tiene oportunidad de conocer a muchos héroes reales, de carne y hueso.