“Mi pesadilla empezó cuando sufrí un abuso sexual durante mi infancia, eso me destruyó psicológicamente.
En mi juventud me dejé llevar por el brillo de las estas y empecé a trabajar promoviendo estas entre jóvenes, fue allí donde conocí las drogas, me ofrecieron un cigarrillo de marihuana, me gustó, y luego me involucré por cuenta propia.” Juliana confusa con el sentimiento de odio por causa del abuso que sufrió en el pasado, comenzó a cambiar su forma de vestir, se involucró con mujeres, creyendo haber nacido para ser hombre. “Empecé a prostituirme por dinero, aunque no tuviera necesidad y así llegó la depresión..”
Tomaba remedios controlados, pero sentía que no hacían efecto, por eso empezó a mezclar drogas con medicamentos. “Ya no dormía, tuve síndrome de pánico y así vino el deseo de suicidio.”
Ella explica que superó sus problemas cuando participó de las reuniones de liberación. “Fui libre de los vicios, la depresión, el peso del rencor, pude perdonar y me sentí leve. Después de recibir el Espíritu Santo Juliana garantiza que encontró alegría, paz y la razón de vivir.
“No dormía, tuve síndrome de pánico y así vino el deseo de suicidio.. Pero todo eso cambió cuando fui libre de ese mal”.
•• Juliana