Crecí conociendo de Dios pero en la adolescencia me aparté de Él, me involucré con malas amistades, en el colegio me enamoré y me aparté de Dios, creí que lejos de Él tendría libertad para hacer lo que quería, pero caí presa en un mundo de sufrimientos. A los 18 años de edad me convertí en madre, pero me quedé sola y pase por problemas económicos, tuve que recurrír a la prostitución para sustentar mis gastos.
Una amiga me recomendó para trabajar de cocinera en un club nocturno y fue ahí donde conocí la cocaína, al poco tiempo empecé a consumir marihuana y esto causó una dependencia aún peor. No podía hacer nada sino me drogaba y todo empeoró cuando debido a tantos fracasos amorosos me involucré con una mujer, fue ahí cuando toqué el fondo del pozo.
Mi mamá me invitó por muchas ocasiones a la Iglesia Universal y acepté su invitación y por su fe Dios me Salvó. Decidí cambiar, entregué mi vida al Señor Jesús y fui renunciando a todo hasta liberarme. Hoy estoy curada de los vicios, mi vida fue transformada y tengo El Espíritu de Dios en mi vida.
•• Sra. Mariana