Mis padres viajaron al extranjero para poder darnos una mejor vida a mí y a mis hermanos, pero con el transcurso del tiempo comenzamos a sentir resentimiento por ellos, aunque sabíamos el sacrificio que hacían por nosotros sentíamos que habíamos sido abandonados.
Con el pasar de los años me enfermé de los riñones y a pesar de que visité a varios doctores para encontrar la cura de mi padecimiento, nadie me pudo ayudar, sólo me recetaban más medicamentos que al final de cuentas no hacían nada.
Fue entonces que llegué a la Universal y empecé a luchar.
A través de los propósitos de fe hemos conquistado una vida digna, mis padres que llevaban más de 8 años ilegales en el país donde residían, consiguieron legalizarse en tan sólo una semana después de hacer mi voto sincero con Dios.
Hoy conquisté entender lo mucho que mis padres nos aman y lo duró que fue para ellos dejarnos y el resentimiento que sentía se convirtió en admiración.
Económicamente emprendí mi propio negocio porque no quería trabajar para nadie, además fui curada y la paz reina en mi hogar y mi familia.
En la Universal aprendí que todo lo que deseamos se puede conquistar a través de una fe práctica y que siempre trae resultados satisfactorios para quien la usa.