Ya sea de forma privada o pública, tener buen humor no es los mismo que burlarse. ¡Cuidado con los chistes de mal gusto! No exponga los defectos y las debilidades de su cónyuge ante terceros. “El amor cubre los defectos de la otra persona”.
Aunque su pareja esté equivocada, demuéstrele su apoyo en vez de exponer sus errores. Ridiculizar al otro es faltar el respeto, no haga comentarios que disminuyan a su cónyuge, por ejemplo: “Ah Roberto no sabe ni sumar. ¿Sabías que sólo terminó la primaria?”. ¿Qué aporta eso a su matrimonio?
El sarcasmo, la ironía y el desprecio son fatales para cualquier relación. “¿Vas hacer una lista para no olvidarte de las cosas que tienes que hacer? Y ¿Desde cuándo eres bueno con las listas?”. Esas son actitudes que, generalmente, demuestran que una persona piensa que es superior a la otra. Recuerde, el amor no hiere.
“Había fracasado varias veces en el matrimonio, llegué a pensar que no iba a ser feliz”
“Mi vida era un caos, pensé que entrando en una relación esa situación iba a cambiar, pero no fue así después que conocí a una persona con la que me involucré sentimentalmente, a poco tiempo después comenzamos a pelear constantemente, no aguanté y me fui de la casa con mi hija.
Meses después conocí la Iglesia Universal, donde vi que podía transformar esa situación y formar un nuevo hogar; en la Terapia del Amor curé mis heridas del pasado y poco tiempo después Dios colocó en mi camino un hombre de Dios, el cual me cuida y respeta, gracia a Él somos muy felices”.